La tónica general a estas alturas del año, adicionalmente de tomarnos un merecido descanso, ha sido alternar el hielo de los refrigerios con el calor de la volatilidad de mercados. Si bien en el 2021 las caídas se retrasaron al mes de septiembre (-3.53% en Bolsa europea), en los últimos cinco años, julio y agosto han acumulado perdidas del -2% en media.
¿Será lo mismo en este 2022? Por ahora, el mes en curso lleva acumuladas ganancias de alrededor del 5% y salva por el momento la estacionalidad pasada. Siendo difícil de explicar esta buena dinámica en un momento en el que Rusia parece querer agravar la crisis energética, el BCE aumenta el coste de financiación, la confianza global del consumidor está en mínimos históricos, la de los empresarios se deteriora mes a mes, los beneficios empresariales están en tela de juicio y encima quedan 20 días para que comience la Liga de futbol.
Con caídas próximas al -17% en muchos de los índices (salvando el Ibex que acumula un retroceso del -8%), podríamos pensar que gran parte de las malas noticias ya están metidas en precio y solo toca recuperar. Pero lo relevante es que, como esperábamos, aunque los Bancos Centrales continúen con su senda pactada con los mercados en subida de tipos, han dejado claro que el crecimiento es importante (no solo la inflación). Esto pone en jaque a todos aquellos que piensan que los beneficios empresariales solo pueden empeorar (el 80% del consenso), a aquellos que solo ven recesión por venir (50% de las encuestas), a los gestores de fondos (con máximos niveles de liquidez en sus carteras desde el 2001), a los especuladores (con máximas posiciones bajistas desde el 2016) y al inversor que ha decidido no aguantar más caídas.
Aunque la iliquidez veraniega suele ser mala agorera para los mercados, este año debemos ver si el efecto es contrario acelerando movimientos positivos. Si esto viene acompañado con compras en deuda privada, podríamos hasta tomarnos unas olivas para acompañar.
Tribuna de opinión de David Azcona, Director de Inversiones de Beka Finance Private Banking, para La Vanguardia.
Equipo Beka Finance Private Banking y Equipo de Comunicación Beka Finance.