La inflación afecta de forma muy asimétrica al patrimonio y no es comparable al efecto que generan a los hogares. Como en otras crisis, el éxito está en no dejarse arrastrar por el pesimismo generalizado y típico en un mercado bajista como el actual.
Es momento para volver a recordar nuestros objetivos y analizar en qué porcentaje nos afecta directamente la inflación, o un entorno de subida de tipos.
Aunque el efecto directo de la inflación sea asimétrico, en cuanto a la envergadura del patrimonio, y la composición de este, el mercado siempre se adelanta a las expectativas degenerativas de crecimiento, corrigiendo. A estas alturas del año, no hay patrimonio invertido que no haya sufrido pérdidas derivadas de la creciente inflación. Entre estos, los que menos se habrán visto afectados han sido aquellos patrimonios que han tenido un buen “mix” de diversificación.
Desde que empezase la incertidumbre y posibilidad de un entorno monetario complicado, muchas de las recomendaciones de inversión han ido hacia estrategias que ponderasen valor, a diferencia de crecimiento, y la búsqueda de alta calidad en fundamentales de empresa (bajo apalancamiento, alta generación de tesorería positiva, márgenes amplios). También la selección de empresas en sectores que se beneficien del aumento de las materias primas, ninguna de estas buenas estrategias se ha mantenido en positivo tras el pico de inflación aunque creamos que tendrán un buen comportamiento a futuro.
Es muy valioso tener un buen conocimiento del riesgo implícito de la cartera y que, en la ponderación de los activos de inversión, se valoren los riesgos de forma constructiva como, por ejemplo, la generación de rentabilidad sin correlación a mercado que puedan ofrecer alternativos de calidad, aunque esto conlleve largos plazos de inversión y una liquidez limitada. Si la inflación tiene un efecto minorado a nuestra economía particular, en la generación de ingresos fuera del mercado, vamos a poder estabilizar la estrategia de nuestro patrimonio en el tiempo.
De igual manera en el análisis de los riesgos que afectan la cartera y la economía personal, es vital identificar las necesidades de liquidez y generación de tesorería para un posible entorno de mercado bajista e inflación que perdura sobre su media histórica, de cara a mantener a raya la parte emocional de las inversiones.
Estamos en un entorno de amplios movimientos de diferenciales de crédito y valoraciones atractivas, pero es un entorno en el que inviertes creyendo que el riesgo y la rentabilidad merecen la pena en el largo plazo, y descontando que pueda caer, incluso por efectos ajenos a tu control, como los geopolíticos actuales.
Si cabe, en un año en el que se va a generar poca rentabilidad, y de forma abrupta, nos debemos contentar con generar valor intrínseco y no intentar hacer “Market Timing”, ya que siempre vamos a perder intentando buscar la sincronización con el mercado.
El tiempo y la generación positiva de ingresos, siempre juega de nuestro lado.
Tribuna de Opinión de Alvaro Mus, Socio y Agente de Beka Finance Private Banking, para Rankia Pro.
Alvaro Mus, Socio y Agente de Beka Finance Private Banking