Esta semana celebramos un encuentro con periodistas, en el que David Azcona, Chief Economist de Beka, presentó las perspectivas macroeconómicas de Beka para el segundo semestre del 2024. En el encuentro, anticipamos el comienzo de una fase de recesión económica global que debería dar comienzo en la segunda mitad de 2024 y que se prolongará en el 2025. David ha explicado que los principales indicadores macroeconómicos actuales se corresponden con la etapa inicial de esta fase del ciclo económico.
“Aunque el mercado anticipa un futuro con mayor crecimiento, menores tipos de interés y una inflación controlada, nuestro escenario base contempla una inflación persistente por encima del 2%, un aumento del desempleo, tipos de interés elevados durante más tiempo del esperado y un menor consumo, entre otros factores. Bajo la superficie, estamos comenzando a ver indicadores de un claro patrón de minoración del crecimiento e incapacidad de las entidades supranacionales de tomar medidas que en el pasado atajaron el decrecimiento desde el primer momento”, ha señalado Azcona.
Entre los principales desafíos a los que la economía debe hacer frente, Azcona señala la necesidad de reequilibrar el mercado laboral, estabilizar el gasto cíclico y detener el aumento de la morosidad.
Respecto a los “cisnes negros”, el experto sitúa la geopolítica, el exceso de optimismo en los mercados, así como la banca regional en EE. UU. y sus posibles problemas de liquidez, además del exceso de endeudamiento de unas economías con poca capacidad de maniobra que en el pasado han llegado a causar el pánico, como en el caso de Reino Unido en el 2022.
“Los ciclos económicos existen y esta vez no será diferente. El alto coste del dinero será el causante de la próxima recesión, aunque como vemos la repercusión la vamos a notar algo más tarde de lo esperado. La inflación será la que guíe a los bancos centrales en el corto plazo y después deberán claudicar y atender al menor crecimiento. En este sentido, podríamos enfrentar un escenario de crecimiento bajo e inflación simultánea en los primeros momentos de la etapa de recesión en 2024”, afirma Azcona.
Estrategia de inversión: Bonos de calidad e inversión alternativa
Durante el encuentro, destacó que los mercados de renta variable presentan precios elevados y, a corto plazo, están excesivamente exprimidos por unas expectativas de beneficios empresariales muy optimistas.
“De cara a la segunda mitad del año, no se descartan posibles caídas del 15% en la Bolsa. La tecnología, sectores defensivos, las materias primas y la energía son temáticas de inversión interesantes en este momento, así como el oro que históricamente ha mostrado buen desempeño al inicio de periodos de recesión”, sostiene Azcona.
Sin embargo, destacamos a los bonos de calidad como una fuente de ganancias a largo plazo y a la diversificación mediante activos alternativos.
“La deuda de alta calidad, oro, materias primas, mayores duraciones y activos alternativos como el crédito privado pueden actuar como refugio táctico. En la parte de alternativos existe un exceso de concentración de las inversiones en Private Equity y creemos que podemos estar ante un proceso de adecuación de precios ante un menor crecimiento y una menor liquidez en el sector”.
Riesgos futuros
Entre los riesgos identificados a futuro, se encuentran las excesivamente optimistas estimaciones de beneficios, así como los sobredimensionados datos de empleo. A nivel geopolítico destacan las elecciones en EE. UU., con atención también a Francia y Europa, la guerra comercial y geopolítica, el exceso de optimismo en los mercados, la banca regional en EE. UU. y posibles problemas de liquidez.
En conclusión, los ciclos económicos existen y esta vez no será diferente. El alto coste del dinero será el causante de la próxima recesión, aunque podría tomar más tiempo de lo esperado. Se espera, además, una disminución en el consumo que no podrá ser sostenido por otras áreas. La inflación guiará a los bancos centrales inicialmente, seguido por el crecimiento, y podrían verse bajos crecimientos y altos precios simultáneamente al principio. No se descartan posibles caídas del 15% en la Bolsa para lo que resta del año. La deuda de alta calidad, mayores duraciones y activos alternativos como el crédito privado pueden actuar como refugio táctico.