La inflación continúa mostrando claros síntomas de persistencia, una señal que conlleva a que algunos expertos vaticinen la llegada de una resaca inflacionista a largo plazo -inflación estructural-, donde los Bancos Centrales ven limitados sus márgenes de actuación en cuestiones normativas que ayuden a que la economía no empeore significativamente (este miércoles, la Fed se reúne de nuevo con el objetivo de decidir sobre una nueva subida de tipos).
Ante el entorno inflacionista financiero actual, José Miguel Fernández, responsable de renta variable de Beka Finance Private Banking, considera que lo más adecuado en estos momentos es «tener un sesgo hacia sectores procíclicos con un sesgo hacia compañías value» y los valores que pueden comportarse mejor en estos momentos se encuentran en el sector bancario, energético y de salud.
Dónde poner el foco frente a la futura subida de tipos
En los últimos meses -en el mes de abril, la inflación se situó en el 8,4% según el Instituto Nacional de Estadística, dejando atrás meses récord-, la escalada inflacionista ha provocado que los Bancos Centrales endurezcan el tono en sus políticas monetarias y, por tanto, una perspectiva de subida de tipos de interés más agresiva respecto a expectativas pasadas y una reducción del balance más agresiva de lo proyectado.
Por esta razón, Fernández establece una preferencia por los bancos en este escenario financiero, ya que «un entorno de subida de tipos de interés suele ser positivo para sus márgenes de intermediación financiera». Entre las principales posiciones que el equipo de banca privada de Beka Finance destacan en España «Banco de Santander y BBVA», y para el resto de Europa «Lloyds Plc y BNP».
Pese a las subidas de los últimos meses, en el sector energético, Fernández considera que sigue «estando atractivo por valoración», dado que muchas compañías «no están reflejando totalmente las subidas de los precios del petróleo».
Adicionalmente, Fernández aporta que «el sector tiene un sesgo procíclico que puede ser interesante en el entorno actual y pueden darnos cobertura ante las fuertes subidas de la inflación».
Repsol, en España, y Total Energies, en Francia, son las compañías que estiman que tienen valoraciones más atractivas en esta área, puesto que el potencial en sus valoraciones es «elevado teniendo margen incluso para asumir caídas del precio del petróleo a los niveles previos al conflicto en Ucrania».
Si bien el sector de salud -destacando una vez más las farmacéuticas- es más defensivo para las valoraciones de Beka Finance Private Banking, muestra «valoraciones por debajo de sus medias históricas, así como unas expectativas de crecimiento», por lo que, en general, a la hora de seleccionar las compañías en estos momentos, Fernández considera que es relevante concentrarse en «empresas de calidad con bajo apalancamiento financiero», puesto que se verán «menos afectadas por las subidas de tipos de interés».
Adicionalmente, con unos niveles de inflación como los actuales, recalca que «aquellas empresas con ventajas competitivas pueden manejar mejor la subida de los precios actuales, ya que están en posición de poder negociar con ventaja frente a sus proveedores o de poder repercutir las subidas de costes de sus productos en el consumidor final».
Geopolítica y COVID-19, palancas que impulsan la inflación
Si bien, por ahora parece que la inflación parece presentarse menos acuciante este segundo trimestre, fuerzas contrapuestas sí prosiguen impulsando la transitoriedad del alza de los precios.
Por un lado, el conflicto geopolítico ruso-ucraniano parece enquistarse y, con ello, los costes energéticos a los que se enfrentan los países codependientes de la energía rusa -Polonia y Bulgaria han sido los últimos afectados en la guerra del gas por no pagar en rublos-, así como de la agricultura y la ganadería, sectores donde Ucrania siempre ha sido uno de los productores más relevantes en estas materias.
En terreno nacional, España se enfrenta a una crisis energética -a la que se añaden las nuevas advertencias de Argelia sobre el contrato de suministro de gas con España-, y la debilidad de la moneda única frente al dólar, que tornan hacia el pago de sobreprecios en las importaciones.
Por otro lado, el repunte de casos de la COVID-19 en China ha dado lugar a ordenar confinamientos totales en dos de sus ciudades más grandes, Beijing y Shanghái, un nuevo acontecimiento que puede llegar a desencadenar una nueva crisis de suministros que afecten a la oferta, la subida de precios y la escasez de productos y materia primas.
Equipo de Comunicación Beka Finance y Beka Finance Private Banking.