La subida de tipos no ha frenado las emisiones de las empresas en el Mercado Alternativo de Renta Fija (MARF). Los bonos y los pagarés siguen siendo un instrumento para diversificar sus fuentes de financiación, pudiendo cubrir sus necesidades sin depender enteramente del crédito bancario.
El aumento del precio del dinero con las sucesivas subidas de tipos de interés, no hace más que sembrar incertidumbre entre los inversores. Esto ha provocado que el MARF incremente el coste de las emisiones por encima del 4% anual y se reduzcan las colocaciones a largo plazo.
Emitir a largo plazo no todos se lo pueden permitir
Emitir a 2 o 3 meses (que es la media actual) se está convirtiendo en la norma, y la competencia y rentabilidad de otras alternativas como las letras del tesoro, generan una presión al alza en las emisiones.
Al incrementarse esta sensación de riesgo, lo hacen a su vez las primas exigidas por los inversores, encareciendo este método de financiación que no ha parado de crecer desde su creación en 2013.
Durante los 10 años de existencia del MARF, este mercado ha cumplido con su misión de ayudar a compañías de todos los tamaños a ampliar su capital circulante a corto y medio plazo, financiándose de forma rápida y barata.
Incluso con el número de empresas que captan fondos al alza, (136 emisores con 8.200 millones de euros de saldo vivo al cierre de 2022), la mayoría de los inversores se deciden por los plazos cortos, con el fin de obtener mejores condiciones al renovar sus inversiones. Solo las entidades más consolidadas pueden permitirse emisiones a largo plazo.
En este primer semestre del 2023 se ha superado en un 8% las emisiones de pagarés en el mismo período del 2022, y triplicando su volumen en los últimos 5 años.
Por su parte, Ricardo Benedé, director de Deuda en Mercado de Capitales de Beka Finance, recuerda que:
"La estrategia de emitir a más corto plazo implica un mayor riesgo de refinanciación para los emisores, ya que supone llevar a cabo subastas con una mayor frecuencia".
Perspectivas para el segundo semestre del año
El mercado de deuda confía en que los próximos movimientos del BCE y su evolución repercuta en una mejoría para la segunda mitad de 2023, después de un período de estancamiento y escasez de emisiones a largo plazo.
La tendencia del primer trimestre hacia plazos más cortos ha puesto en dificultades a algunas empresas españolas que solían recurrir a nuevas emisiones para cumplir con sus obligaciones de pago, y que ahora se ven enfrentadas a vencimientos con tasas de interés superiores al 5% y 6%.
El comportamiento del mercado está influenciado por los movimientos del Banco Central Europeo (BCE) y las tasas de interés. Las empresas se están adaptando a las demandas y expectativas de los inversores para minimizar los riesgos en las refinanciaciones.
A pesar de la desaceleración estacional esperada durante el verano, se prevé que la estabilización de los tipos de interés cambie la demanda de los inversores, con un aumento en la búsqueda de plazos más largos y un mayor apetito inversor.
"Los precios de los pagarés se están viendo afectados al alza por ambas métricas, es decir, tanto por el incremento del Euríbor como por el aumento del diferencial aplicado"
Sin embargo, Benedé, director de Deuda en Mercado de Capitales de Beka Finance, reconoce un horizonte esperanzador para el siguiente semestre:
"Hemos notado un aumento en la demanda de los inversores por plazos ligeramente más extensos, específicamente los de 6 y 9 meses. Se vislumbra la apertura gradual para aquellos emisores que buscan refinanciar sus bonos vencidos y asegurar su estabilidad financiera. Durante el transcurso de 2023 se han llevado a cabo dos emisiones de bonos corporativos a largo plazo en el mercado, por 20 millones de euros y un plazo de cuatro años y por 23 millones a tres años".
Oportunidades en el mercado alternativo de Renta Fija
A pesar de la variedad de emisiones en el mercado, los costos en el MARF siguen siendo más bajos que otras soluciones de financiación, lo que lleva a un aumento en el número de emisores. Los emisores más grandes han renovado con éxito sus programas de pagarés para asegurar su liquidez.
A pesar de las fluctuaciones, el MARF ofrece oportunidades para las empresas y emisores en busca de refinanciación y liquidez financiera.
Colaboración de Ricardo Benedé para El Economista.