Hoy, jueves 22 de diciembre, se celebra el sorteo de la Lotería de Navidad en el Teatro Real de Madrid.
Un año más marcado por la subida de precios y la incertidumbre de la economía, a las 09:00 de la mañana (hora peninsular), los bombos comenzarán a moverse tras constituirse la mesa que autoriza el Sorteo Extraordinario de Navidad para la repartición de cinco premios y, en el caso de que no haya suerte, la pedrea.
Hasta entonces, el premio gordo, valorado en cuatro millones de euros por serie, aguarda a la persona premiada hasta que el juego de azar reparta su suerte, no obstante, en el imaginario colectivo de quienes juegan a lotería siempre resuena la misma pregunta:
¿Qué hago con el dinero premiado del décimo?
En el caso de que la fortuna llame a tu puerta, David Azcona, Chief Investment Officer de Beka Finance Private Banking aporta una serie de consejos a la hora de administrar el premio tanto de manera sagaz como de forma cautelosa.
¿Qué debo hacer con el dinero inmediatamente después de cobrarlo?
Primero dejarse llevar por la alegría y después ser prudente. Es frecuente que para evitar ser conocido como el ganador de un gran premio de lotería o para evitar la pérdida o sustracción del décimo afortunado, los premiados suelan entregar este encargo a apoderados bancarios para realizar las gestiones de cobrar el décimo.
Lo mejor es pasar desapercibido haciéndolo en sucursales donde no exista una ligazón geográfica. Previamente, se debe hacer las averiguaciones pertinentes sobre aquellas entidades que no cobren comisiones, que luego vean mermado el premio en concepto de penalizaciones como las de transferencia, a la hora de emprender el próximo paso natural que será la diversificación.
En segundo lugar, hay que tener claro que se deben hacer bien «los papeles» desde el principio. La intermediación del banco en representación de su cliente, ganador de un décimo, se suele instrumentar mediante el contrato de depósito del décimo de lotería, por medio del cual el cliente entrega al Banco el décimo premiado para su cobro. Es importante que el ganador deje bien documentado con copias y pruebas el intercambio.
Por último, en tercer lugar, no empezar la casa por el tejado. Debemos de saber con cuánto dinero contaremos y que tendremos una retención en el IRPF como consecuencia del premio recibido.
El agraciado con el primer premio de lotería de navidad que asciende a 400.000€ por décimo, cobrará de la lotería de navidad del 2022 un total de 328.000€. (400.000 – [(400.000 – 40.000) x 20%]).
¿Cómo podría invertir el dinero alguien que nunca había tenido tanto dinero y nunca ha invertido?
Desde Beka Finance Private Banking, nuestra recomendación se basa en los mismos pilares que defendemos con nuestros clientes actuales: invertir con visión a largo plazo, realizar primero un análisis de los requisitos de liquidez que tenga el agraciado y la necesidad de autoimponerse una disciplina de diversificación y un análisis de su nivel de riesgo/capacidad a la hora de asumir pérdidas.
Quizás todo ello pueda suponer demasiada información para los primeros pasos dentro del mundo de la inversión, por ello creemos que lo acertado sería buscar un asesor financiero perteneciente a una entidad regulada por el supervisor (abstenerse de «cuñadismos»).
¿Cómo se le puede sacar mayor rentabilidad? ¿Qué sectores la ofrecen?
Como diría aquel, tiempos pasados fueron mejores... Nos referimos a que, anteriormente, el agraciado podía contar con la tranquilidad de que su dinero podía crecer simplemente dejándolo en cuenta corriente o en productos próximos a la liquidez.
Pese a la subida de tipos al 2.5%, los depósitos (entre el 2% y 3%, para 24 meses) no están siendo remunerados tanto como para batir la inflación (6.8%) y por lo tanto, el mundo actual obliga al ahorrador a convertirse en inversor.
La cuestión no es donde sacar mayor rentabilidad sino saber dónde invertir de manera que la rentabilidad esperada se ajuste al riesgo que uno está dispuesto a asumir. En este punto, el que sea más conservador tiene complicado batir a la rentabilidad negativa con bonos de deuda pública o activos de máximo rating.
El paso recomendable en todos los casos es buscar vehículos, como los fondos de inversión, en los que un gestor de reconocido prestigio histórico nos permita sentirnos cómodos.
En la parte conservadora recomendaríamos renta fija de alta calidad con un plazo inversor a 4 años que ofrecen actualmente rendimientos esperados del 5% vs. una inflación a medio plazo que puede rondar el 3%. En el escalón intermedio existen grandes gestores con metodologías de control de riesgo muy contrastadas (que aúnan la parte conservadora con las mejores selecciones de renta variable). Y en la parte de renta variable, confeccionar carteras globales buscando empresas de calidad, evitando excesos de concentración sectorial/factorial y centrarnos en sectores donde podemos encontrar valor (energía, materiales, transición energética y salud).
Invertir con criterios de sostenibilidad y en sectores que se vean favorecidos por la necesidad de transición energética, son también importantes. La parte del «ladrillo» (que es lo primero que a muchos le viene a la cabeza) sería posible comprarla, pero no directamente, porque estaríamos concentrando demasiados riesgos, sino a través de productos regulados en formato fondo, que hoy en día, para importes próximos a 100.000 pueden estar de manera diversificada al alcance de patrimonios no tan elevados.
¿Conviene ponerlo todo en un solo lugar?
Al principio hablábamos de la discreción geográfica para evitar ser identificado si se desea el anonimato. En la parte de la inversión es necesario, dado que la historia no para de ofrecer ejemplos que lo corroboran, contar con:
Diversificación geográfica, de depositario de nuestras inversiones, de divisa de estas, del ciclo económico al que estas inversiones hacen referencia (respecto a nuestra realidad, por ejemplo, si somos personas dedicadas al sector de la construcción no parece muy recomendable invertir más en constructoras) y factores de riesgo que afectan a las mismas.
Es importante saber que el tener muchas líneas de composición de una cartera no significa estar suficientemente diversificado. Las entidades de asesoramiento cuentan con herramientas que pueden hacer mucho más fácil comprender y acotar concentraciones.
¿Cómo evitar el despilfarro?
Solo habiendo hecho bien el primer paso al que antes hacíamos referencia. Si tenemos en cuenta nuestras necesidades a corto plazo y nuestras necesidades a largo (que hablan de jubilación, de cubrir la inflación, de que la vida está llena de imprevistos) y somos conscientes de los riesgos que la vida nos trae, habremos hecho un buen trabajo de base, que nos impedirá derrochar.
Nada como un buen asesor que nos «dibuje» un marco temporal, en el que se imponga la idea de invertir con cabeza para afrontar las necesidades venideras.
División Beka Finance Private Banking.