Con una gran parte de la población vacunada y lejos de la incertidumbre a la que nos enfrentábamos durante la pandemia del coronavirus, los mercados de renta variable han tenido un comportamiento excepcional durante el 2021. Atrás quedó el 2020, un ejercicio difícil para las economías mundiales que se contrajeron con bastante fuerza, descontando crecimientos en prácticamente todos los países por encima de su media histórica.
Tras la época estival de este año, los datos que habitualmente controlamos y analizamos exponen como el crecimiento económico se mantiene, pero no al mismo ritmo.
Continúan en una tónica positiva
En la última publicación del indicador económico, que incluye informes y encuestas mensuales de las empresas manufactureras del sector privado, el índice Purchasing Managers' Index (PMIs, por sus siglas en inglés), apreciamos cómo el crecimiento económico se encuentra por encima de los 50 puntos (en niveles de expansión), lejos de las cotas cercanas a los 60 puntos.
Esta situación se produce en medio de presiones inflacionistas donde, al analizar sus componentes, se descuenta de manera mayoritaria, que será transitoria.
Otro de los aspectos examinados es la escasez de suministros de microchips y la carencia de materiales del sector de la construcción, limitación que afecta de manera directa a la oferta de las industrias. Por otro lado, otro factor relevante ha sido la evolución de la variante Delta de la COVID-19, que ha forzado a un centenar de países a adoptar medidas de contención social.
Pese a esta ralentización del crecimiento económico, las distintas encuestas de confianza empresarial exponen que sigue aconteciendo un buen tono, tanto para lo que queda del último semestre como para el próximo 2022.
Nuevos cambios en las políticas monetarias de los bancos centrales
Fruto del buen devenir de la economía global, los distintos bancos centrales comienzan a plantearse rebajar todas aquellas medidas monetarias expansivas realizadas durante la pandemia.
El banco de la Reserva Federal (FED) ya ha manifestado su voluntad de comenzar a estudiar cómo reducir el programa de compra de activos y, si el desempleo americano junto a la inflación lo permitiera, empezar a subir tipos en el ejercicio del 2022.
Por su parte, el Banco Central Europeo (BCE), con una inflación en el 3%, un dato que se encuentra dentro de su objetivo asimétrico, ha manifestado su voluntad de recalibrar en el mes de diciembre de este año el programa de compras de emergencia frente a la pandemia (Pandemic Emergency Purchase Programme, PEPP), una política adoptada para mitigar el impacto del coronavirus en la economía de la zona euro.
Por esta razón, el escenario económico actual continúa esperanzando a todos aquellos inversores que tratarán de beneficiarse de este crecimiento económico a través de la renta variable. Si bien, son muchas las alternativas o filosofías que podríamos poner en práctica, si atendemos al momento de incertidumbre que vivimos y a que nuestro objetivo es preservar el patrimonio, principalmente debemos descartar:
1. Focalizar nuestros ahorros hacia un solo sector o temática, dado que puede verse afectado de manera directa por la pandemia y perjudicarnos por la falta de diversificación de nuestra cartera.
2. Inversiones con un alto componente de volatilidad o sectores disruptivos muy volátiles (compañías con un alto grado de endeudamiento, Criptodivisas, NFTs, etc.)
Ante este escenario, es complicado saber qué parte de la renta variable tendrá mejor comportamiento, por lo que aplicando el principio de prudencia y descartando otras alternativas de inversión, podemos elegir entre la dualidad de compañías cíclicas vs. compañías de calidad*.
Si elegimos ante este dilema de manera excluyente podríamos equivocarnos, puesto que, ante una nueva situación de incertidumbre -como han sido la aparición de una nueva variante o un repunte de los casos-, hemos visto como los inversores, en muchas ocasiones, han encontrado refugio en compañías de calidad.
La calidad como refugio
Alrededor de un 75% de su cartera se compone de compañías de calidad, es decir, lideres en sus sectores y que han tenido un comportamiento excepcional aun cuando aumentaba la incertidumbre ante un repunte en la pandemia.
En etapas de crecimiento acelerado, como en el inicio de este año, también se ha beneficiado del buen comportamiento de aquellas compañías más cíclicas, debido a que tiene un 25%de su cartera compuesta por lo que denominamos compañías en “situaciones especiales”. Se tratan de entidades que ocasionalmente cotizan con un atractivo descuento sobre su valor razonable y en las que existe un catalizador que puede facilitar salir de esa situación de infravaloración. Un ejemplo ilustrativo durante la COVID_19 fueron las compañías con sesgo positivo a la reapertura.
El Beka International Select Equities es un fondo que aúna la inversión en compañías de calidad y compañías en situaciones especiales.
*Se ha demostrado históricamente que, en etapas tempranas de expansión, los sectores más cíclicos han tenido un comportamiento más acelerado que aquellos sectores con compañías de calidad.