A pesar del adelanto electoral, el aumento de los tipos de interés y las turbulencias financieras, los inversores continúan mostrando un gran interés por la deuda española, razón por la cual el Tesoro español ha aprovechado esta demanda para llevar a cabo su estrategia de financiación. En lo que va del año, ha realizado emisiones brutas por valor de 148.400 millones, lo que representa el 57,78% de la meta establecida para el año completo (256.846 millones). Además, ha logrado mantener el costo total de su cartera de deuda por debajo del 2%, específicamente en el 1,938%, niveles similares a los de 2019.
Aunque los tipos de interés están más altos que hace un año, el Tesoro ha seguido priorizando los bonos a largo plazo como parte de su estrategia para controlar el coste de financiación. La mayoría de las emisiones realizadas en los primeros seis meses del año corresponden a deuda de mayor vencimiento. En este sentido, España ha vendido 106.300 millones, lo que representa el 61,62% de su programa de financiación a medio y largo plazo para 2023.
La confianza de los inversores en la economía española está desempeñando un papel crucial en la contención del aumento del costo de financiación. A medida que el Banco Central Europeo (BCE) ha ido aumentando los tipos de interés, las rentabilidades de la deuda española han dejado atrás los niveles mínimos históricos. Este fenómeno se observa de manera más evidente en las letras del Tesoro. Después de registrar tipos de interés negativos desde 2015, cuando el Tesoro comenzó a recibir pagos por emitir deuda a corto plazo, ahora se están obteniendo rendimientos superiores al 3%, alcanzando niveles máximos no vistos desde la crisis de deuda en 2012.
«El repunte de rentabilidades ha sido muy intenso en la deuda a corto plazo y es precisamente la parte de la curva a corto plazo la más afectada por su mayor sensibilidad a las alzas de tipos.», señala Jorge Ceballos, responsable de distribución de renta fija de Beka Finance.
Subidas de tipos y reglas fiscales
Ceballos también se muestra optimista ante las posibles subidas de tipos y considera que aunque el BCE ha reiterado que seguirá haciendo lo que sea necesario para devolver la inflación al 2%, las subidas de tipos serán limitadas.
«El enfriamiento de la economía ayudará a frenar el alza de los precios y una vez finalizado el ciclo de subida de los tipos, Lagarde se verá obligada a bajar el precio del dinero en 2024. Los costes de financiación no deberían subir tanto», señala Ceballos.
Más que el alza de los tipos, lo que más pesará en la economía española será la vuelta a las reglas fiscales, algo que está previsto para el año que viene, y hay que vigilar de cerca el volumen de deuda sobre PIB.
Jorge Ceballos advierte del problema de economías como la española o la italiana, con una elevada ratio de deuda sobre PIB, un indicador que a cierre de mayo se situaba en 113% para España, lejos del objetivo del 60% de la UE. Aunque los ingresos fiscales derivados del aumento de la inflación están ayudando a contener las ratios de endeudamiento, es imprescindible su reducción.
Colaboración de Jorge Ceballos para Cinco Días