Categorías clásicas del mercado financiero
Actualmente, el gráfico de los cuatro cuadrantes, con el que analizamos el movimiento de los mercados financieros, refleja muy poco la realidad actual.
Un inversor de renta variable, en cualquiera de sus modalidades: ETFs, fondos de inversión, acciones directas, etc., cuando veía que las condiciones del mercado podrían empeorar movilizaba su inversión a otra categoría para reducir riesgos.
Por el contrario, la renta fija sirve como amortiguador de esta exposición, para aquellos perfiles más moderados o conservadores, que dependiendo del nivel de riesgo que quieran asumir, pueden tomar posiciones en: emisiones de deuda de Gobiernos, Bonos Corporativos, Investment Grade, High Yield, etc.
Por otro lado, otras alternativas a la renta variable son la inversión en materias primas físicas como el oro o la plata, siendo activos con total liquidez en todo momento, así como las divisas.
Los mayores movimientos, tanto de inversores institucionales como de inversores particulares, no se ajustan al patrón anteriormente mencionado. Hoy los flujos en los mercados derivan de la búsqueda de la próxima moda o tendencia. Cuando analizamos los flujos diarios, éstos responden en posicionamiento a la infinidad de productos que te ofrecen inversión directa en temáticas concretas, como Reapertura, Crecimiento Asiático, Post-Brexit, Energías Renovables, Tecnología, Inteligencia artificial, ESG, entre otras.
Es lógico preguntarse si este comportamiento que vaticina sobre lo que va a funcionar, tiene sentido para tomar decisiones de inversión.
Si observamos de cerca lo que ocurre con dichas temáticas, nos damos cuenta de que su buen comportamiento, en su mayor parte, es momentáneo y fruto de esta moda de flujos, ya que mientras más inversores se unen a ellas, el comportamiento de las mismas supera al comportamiento del mercado. Si bien en el momento que la moda cambia y es otra temática la que comienza a funcionar, esa migración y pérdida de interés hace que caiga en el olvido. Por todo ello, no parece lógico basar decisiones de inversión en una circunstancia momentánea, ya que estaremos perdiendo el horizonte del largo plazo.
Ciclos económicos
Otro de los grandes movimientos del mercado financiero es el resultado de la migración que se produce entre tipos de compañías según el ciclo económico, vinculados a las distintas fases de expansión, madurez, recesión y crisis que se producen en la economía, de manera cíclica. A pesar de que, no todas las tipologías de empresas e incluso sectores, se comportan de forma homogénea durante cada ciclo.
Cuando encontramos fundamentos suficientes para interpretar que una economía va a atravesar una etapa de contracción o incluso de crisis (como el coronavirus), los inversores tienden a posicionar sus carteras en sectores y compañías defensivas, aquellas en las que sus características intrínsecas no se verán modificadas, independientemente del ciclo económico, como por ejemplo, el sector alimentación, consumo básico, sanidad, que independientemente de lo que ocurra en la economía, hemos de seguir usándolos. Esta solución nos permite resguardarnos en dichas compañías no tan vinculadas con el ciclo y amortiguar una caída en el mercado.
Otra manera de resguardarnos ante situaciones de mercado desfavorables puede ser tomando posición en aquellas compañías cuyas condiciones le otorguen la posibilidad de defenderse de manera sólida: Compañías de Calidad.
En este sentido, hablamos de empresas que son líderes en sus sectores, actuando prácticamente como monopolios, que poseen la mayor parte de la cuota de mercado, que son capaces de capitalizar sus ingresos de manera recurrente y que crecen de manera sostenida en el tiempo. Estas circunstancias favorables, dotan a las mismas de un elevado nivel de caja (liquidez disponible), lo cual, en situaciones de crisis es de extrema importancia y esto les permite sobreponerse al revés del ciclo económico.
¿Merece la pena modificar nuestra cartera basándonos en los cambios de ciclo económico, si nuestro horizonte temporal es el largo plazo?
Para responder a esta pregunta, vamos a estudiar el comportamiento del mercado a largo plazo a través del MSCI World TR, durante los últimos 15 años. El resultado nos pone de manifiesto como la renta variable global ha conseguido generar una rentabilidad de +178,58%, donde en términos anualizados hablamos de una revalorización del +7,06% anual. Este periodo de 15 años no es baladí ya que es un período que incluye tanto la crisis financiera del año 2008 y la crisis del coronavirus de 2020, así como años de crecimiento sostenido y de expansión (2011-2019).
La historia nos muestra como el largo plazo y la consistencia en las pautas de inversión, son la mejor manera de tratar de incrementar nuestro patrimonio a través de la inversión en los mercados financieros.
Los mejores fondos de inversión a lo largo de la historia así lo han hecho.
Han mantenido un discurso, una metodología de inversión y una paciencia inalterable, lo cual ha conllevado, en el largo plazo, la obtención de beneficios por encima de la media, independientemente de las tendencias momentáneas o los ciclos económicos.
El fondo Beka International Select Equities, FI posee la gran ventaja de tener un discurso inalterable y a su vez la capacidad de aprovechar todos los movimientos del mercado, ya que su cartera la componen entorno al 80% compañías de calidad, líderes en sus sectores y capaces de capitalizar de manera recurrente, y el otro 20% compañías llamadas specials situations, que son aquellas con negocios sostenibles pero que ocasionalmente cotizan a un gran descuento sobre su valor intrínseco, lo cual nos permite obtener una rentabilidad extra en el portfolio.
El Beka International Select Equities, FI tiene una filosofía de inversión independiente de las modas en el mercado, del ciclo económico y de las posibles crisis financieras mundiales.
Lorenzo Macías - Trader. Beka Asset Management