Dónde invertir
Con menos ciclo en tu cartera de renta variable
Cuando uno mira el comportamiento de los mercados, 2024 vive la continuidad de lo experimentado en 2023. Se ha producido un resurgimiento de la actividad relacionada con la IA, como demuestra el aumento del número de empresas del S&P 500 que hablan de IA en sus comunicados de resultados. Y aunque existe cierta preocupación entre los inversores por el aumento de las estimaciones de los analistas sobre el crecimiento de los beneficios a largo plazo de estas compañías, los sectores cíclicos han liderado el comportamiento en Bolsa. La banca y la tecnología han sido, por mucho, los sectores de mejor rendimiento.
Muchos inversores dicen no querer salir de estos sectores. Sustentan que el crecimiento a largo plazo de la IA implícito en el mercado, no ha alcanzado los niveles de euforia observados durante la burbuja tecnológica o en los periodos posteriores al COVID.
Si ustedes también sustentan dicha visión y no quieren ser los primeros en salir de posiciones que “tiene su vecino”, pueden implementar una “inversión en extremos”. Balanceando el riesgo de estar en sectores ligados a la IA, que marcan máximos diarios, con sectores defensivos que han comenzado a ponerse al día. El sector de la salud ha tenido un rendimiento inferior al del S&P 500 en un 23% desde principios de 2023. Los márgenes de beneficio se han reducido desde que el aumento de ingresos por la pandemia se agotó y debido a que los contratos a largo plazo no han aumentado precios según costes. Además, los sectores defensivos suelen caer en desgracia en entornos de mayor apetito por el riesgo. El reciente rendimiento inferior ha llevado las valoraciones relativas a nivel de una desviación estándar por debajo de la media, lo que proporciona un punto de entrada atractivo. Valores de defensa pueden tener sentido y más si vemos como las corrientes de sostenibilidad doblegan su esfuerzo por no invertir en el sector. La industria de gestión de inversiones del Reino Unido apoya ahora el sector de defensa, con los miembros de la Investment Association y el Tesoro inglés diciendo que invertir en compañías de defensa buenas y de alta calidad es compatible con las consideraciones ESG, ya que la inversión sostenible a largo plazo trata de ayudar a todos los sectores y a todas las empresas de la economía a tener éxito. Y que mejor que defender las fronteras para que el resto sostengan sus negocios.
Dónde no invertir
Con sobre exposición a EE. UU. en renta variable
El otro día leía un interesante articulo que hablaba del comportamiento de los índices cuando se produce el estallido de la concentración en pesos de las principales compañías que los componen. Con rendimientos anuales del S&P, en los procesos de incremento de concentración, que van desde el 12% al 23% anual, la peor cara la tenemos con caídas del 10% al 3.6% anual en momentos de “descompresión”. Teniendo en cuenta que en EE. UU. estamos en máximos de concentración histórica de las principales acciones que están en el top 10, con pesos próximos a los vividos a comienzo de los años 60, al menos debiéramos tener algo de duda respecto a la inversión en EE. UU. por esta vía. Y dejando claro que este no es el índice más concentrado actualmente.
Por valoración de compañías, el PER ajustado en EE. UU. cíclicamente (CAPE) ha sido más caro solo en 2000, 1970, 1936 y 1929. El sentimiento sigue siendo bastante optimista y la volatilidad implícita es baja. El mercado continúa siendo impulsado por la euforia viendo en las malas noticias macroelementos positivos y motivo de compra, por una menor agresividad en política monetaria implícita. Excluyendo unas pocas grandes acciones tecnológicas, el crecimiento de las ganancias del S&P500 sigue siendo menos alegre del que la gente tiene en la cabeza (fruto de esa concentración que antes comentábamos). Europa podría superar en rendimientos durante los próximos meses, a medida que su crecimiento se recupere. Aunque las ganancias en la Zona Euro son mucho más volátiles en una recesión, que es nuestro escenario entre la segunda parte del 2024 e inicios del 2025, en el corto plazo podríamos ver una revalorización del euro hasta niveles próximos al 1,10 frente al dólar, con lo que podría tener un efecto nocivo doble en precio y depreciación de divisa, como inversor europeo. La volatilidad, que puede aportar una situación fiscal más débil, tipos altos y las próximas elecciones generales, son ingredientes extra que también debemos ponderar en relativo para salir de una zona que últimamente ha tenido mejor comportamiento.
Publicado en Actualidad Económica de El Mundo