A la hora de invertir sus ahorros, con el propósito de obtener el máximo partido de ellos, uno de los productos financieros más populares para los ahorradores son los fondos de inversión, pero ¿en qué consiste exactamente este instrumento bancario?
Pues bien, un fondo de inversión es una institución de inversión colectiva (IIC) cuyo patrimonio se forma con la aportación de diferentes ahorradores -denominados partícipes- para invertirlo en instrumentos financieros de todo tipo (renta fija, renta variable, combinación de ambos, etc.) en función de la política de inversión de este.
Concretamente, las entidades más importantes que actúan en esta materia son la sociedad gestora y la entidad depositaria.
El fondo de inversión es creado, administrado y gestionado por una sociedad gestora, que cobra una comisión de gestión que puede ser fija -cantidad porcentual sobre el volumen de fondos administrados- o variable -porcentaje sobre las ganancias del fondo-. La custodia y vigilancia de sus inversiones dentro del patrimonio del fondo es realizada por la Entidad Depositaria.
A la hora de escoger el mejor fondo de inversión que más se adecue a las necesidades de los partícipes, es necesario tener claro la terminología empleada en este ámbito o las características que definen este instrumento.
Por esta razón, entre los conceptos empleados y explicados anteriormente, es necesario conocer y comprender unos de los datos más relevantes que nos informará sobre la evolución del fondo en el que invertimos, que es el concepto de valor liquidativo.
El patrimonio del fondo de inversión -valor total de los activos que tiene- se divide en participaciones que son adquiridas por los partícipes de este.
El valor liquidativo de las participaciones se calcula dividiendo el patrimonio del fondo entre el número de participaciones emitidas por el mismo, y el patrimonio del fondo se calcula valorando a precio de mercado todos los activos que compongan la cartera del fondo, restándole los gastos y comisiones que se generen.
Es de suma importancia conocer este dato, puesto que es el precio que el inversor pagará por las participaciones que adquiere del fondo de inversión que haya escogido y porque este se emplea como referencia a la hora de conocer la rentabilidad.
Principales comisiones y gastos de los fondos de inversión
La rentabilidad de un fondo de inversión depende en su gran medida de la rentabilidad de los activos en los que invierte pero también toma en cuenta todas las comisiones y gastos que soporta un fondo de inversión y todo ello se ve reflejado en el cálculo del valor liquidativo del mismo.
Las principales comisiones (algunas mencionadas anteriormente) de los fondos de inversión son:
- Comisiones de gestión y depósito: es el porcentaje que cobra la sociedad gestora y la entidad depositaria, respectivamente, a sus inversores y vienen deducidas del valor liquidativo del fondo escogido.
- Comisión de suscripción y reembolso: este porcentaje, en caso de que se aplique, (los fondos de Beka AM no tienen comisiones de suscripción ni de reembolso) se carga previamente al partícipe, una vez que se realiza o se suscribe, o bien en el reembolso y, por lo general, puede ser en favor de la gestora, aunque también del propio fondo.
- Comisiones por éxito: esta se cobra únicamente siempre que el fondo obtiene beneficios y se aplicará al valor liquidativo cuando éste supera el límite de rentabilidad de años previos del fondo.
- Comisión de reembolso en caso de traspaso: es la misma comisión que la de reembolso, pero que se aplica a la hora de liquidar de manera total o parcial nuestra posición en un fondo para adquirir participaciones en otro.
Por otra parte, existen otros gastos referentes a la actividad que, igualmente, pueden mermar la rentabilidad, y son:
- Gastos de auditoría: los fondos de inversión son auditados de manera periódica para verificar que todo está correcto, por ello, existen costes anuales por este concepto.
- Gastos de brokerage: por cada compraventa realizada por el bróker que opera en el mercado, se cobra una comisión que repercute en el patrimonio del fondo.
- Gastos de cambio de divisa: si se invierte en divisa extranjera, de igual forma, existirá un gasto en el cambio de divisa para el fondo de inversión, con el fin de poder comprar y vender los activos en los que se invierte.
Por último, a la hora de suscribirse a un fondo de inversión, la gestora estipula una inversión mínima -no regulada por ninguna norma-, y que puede ser de cualquier cantidad. En cuanto al periodo de permanencia, es importante saber que existe un período de inversión recomendado, que es el plazo mínimo en el que se considera recomendado mantener la inversión, que depende del riesgo del tipo de fondo y que dependiendo de eso suele variar entre 1 y 5 años. El período de inversión es recomendado y no es obligatorio, pudiendo el partícipe disponer de su dinero en cualquier momento, sin penalización, salvo que la gestora haya impuesto una comisión de reembolso si no cumple un período de permanencia determinado.
El resto de las características que definen a un fondo de inversión están recogidas en un folleto informativo y un documento resumido de datos fundamentales para el inversor (DFI). En este último también se recoge la política de inversión del producto y otros elementos esenciales del mismo, y su lectura es totalmente recomendada y obligatoria antes de empezar a invertir en un fondo de inversión.